El teatro de la libre eleccion

Se abre el telón. Los focos se encienden para descubrir el mundo de lo apetecible. A ambos lados del escenario se dibujan multitud de bultos inermes y, en el centro, el deseo humano. Un letrero luminoso invita a entrar. Desde las butacas se adivinan infinidad de formas, colores, sensaciones y texturas seductoras. Mientras, una voz en off omnipresente pronuncia palabras en tono mesiánico: “ven”, “puedes”, “hazlo”, “éxito”, “felicidad”, “superación”, “amor”. Parece que para poder disfrutar de la función sólo se debe hacer uso de la libertad de elegir. En este caso se trata de una obra sempiterna que se representa las 24 horas del día: El Teatro de la Libre Elección. ¿Entramos? Que empiece el espectáculo.

A diario los habitantes de las sociedades opulentas reciben miles de estímulos comerciales. El discurso publicitario, además de motivar a un consumismo desenfrenado, corrompe el pensamiento, fabrica culturas y construye subjetividades en serie. Y recuerda en todo momento que consumir es la forma más segura de existir. Desde un enfoque multidisciplinar les animo a conocer los estresijos de la crisis, le acompañaremos entre bambalinas para ser espectadores de nuestro propio teatro.

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