Hace ya casi una década, cuando surgió el MSN, solía participar en un chat del IRC-Hispano.
Siempre entrábamos los mismos y ya nos conocíamos. Un día, uno de los participantes dejo de entrar. Yo no le di importancia, era normal que algunos dejaran de participar durante una temporada o no volvieran. Ademas no tenía un especial contacto con esta persona.
Un mes mas tarde, otra amiga del chat que sí tenía una estrecha relación con él, me contó lo sucedido. Esta participante, sufría un cáncer de huesos que le obligaba a permanecer en la cama con fuertes dolores y le habían diagnosticado unos pocos meses de vida. Encontró en el chat una forma de evadirse de su cruda realidad, en el chat era una persona muy alegre y optimista, nadie sospechábamos dura situación. Solo se la confeso a mi amiga,que era la única que lo sabía.
Por eso, cuando vió que no se conectaba y no respondía a los emails ni las llamadas, se temió lo peor. Investigó y descubrió que había muerto.
Fue al a su entierro y allí se sintió completamente fuera de lugar. ¿Que hacia ella delante de un cadáver de alguien a quien no había visto nunca en vida, junto a otro gente que no conocía de nada, que rememoraban unas historias y recuerdos que ella no conocía? Si hasta el nombre que aparecía en la lápida, no le decía nada.
Regresó a casa y conectó el ordenador. En el MSN vió el icono de su amigo en rojo. Sin saber por que motivo pulsó sobre él. Saltó el mensaje “xxxx esta ausente, ¿Desea dejarle un mensaje?”.
Claro que quería dejarle un mensaje, tenia que despedirse de él.
Y le escribió un largo y emotivo mensaje de despedida, que sabría que nunca leería. Puede parecer absurdo enviar un email que nunca se leerá. ¿Pero no es precisamente eso lo que se hace en los cementerios? ¿No es ese comportamiento completamente irracional lo que nos convierte en seres racionales?
El MSN se convirtió en un pequeño cementerio, y el pequeño icono rojo en una lapida donde recordar a un ser querido y enviarle mensajes.
Mas tarde, Hotmail decidió que para libertar espacio, borraría todas las cuentas inactivas. Fue cuando mi amiga me contó la historia aterrada ante el temor de que borraran su cuenta y que sus mensajes sin leer se perdieran como lagrimas en la lluvia. (Si, en el chat eramos fans de Blade Runner). Tenía que conseguir mantener esta cuenta activa como fuera.
Pero Hotmail no había contemplado esa situación. Para cualquier acción se requería la clave. Por lo que al final tubo que profanar su tumba, es decir: hackear su cuenta, obtener su clave para poder mantenerla activa desde dentro.
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